Hay diferentes etapas de transición en la vida de nuestras mascotas en las que experimentan cambios que requieren de un previo aprendizaje que será fundamental para sentar las bases de un comportamiento estable en el futuro. Cuando un cachorro llora intenta decirnos que se encuentra ante una situación incómoda, molesta o que no sabe manejar.
Todo cachorro debería poder disfrutar de la compañía de su madre y sus hermanos durante un mínimo de 7 a 9 semanas. ¿Por qué? Porque este periodo de convivencia con su familia le aportará al cachorro una serie de lecciones y conocimientos que le serán de gran utilidad a lo largo de su vida.
La madre, además de aportar al cachorro los nutrientes necesarios durante sus primeras semanas de vida, le ofrecerá seguridad y protección. Asimismo, será su referente en cuanto a comportamientos básicos como la interacción con sus hermanos y será la responsable de establecer rutinas tanto de higiene como de alimentación.
Por otro lado, la convivencia del cachorro con sus hermanos le servirá de aprendizaje práctico de cara a las relaciones sociales: posicionamiento en el grupo, comportamientos deseables e inadecuados, aceptación de la convivencia en grupo, comportamientos alimentarios en grupo, etc.
Un cachorro que haya podido disfrutar el tiempo requerido de su entorno familiar podrá adaptarse con mayor facilidad a cualquier circunstancia que se encuentre a lo largo de su vida. Está demostrado que estos cachorros son emocionalmente más estables, sociales, y educables que aquellos que por la circunstancia que sea se han separado de su núcleo familiar antes de tiempo.
¿Por qué mi cachorro llora?
Tengamos presente que el llanto del cachorro aparece a la par que sus primeras respiraciones. Recién nacido emite sus primeros lloros para manifestar su desconcierto al encontrarse fuera de la zona de confort del vientre materno y como respuesta a las nuevas y diferentes sensaciones a las que se enfrenta continuamente.
Debemos ser capaces de ponernos en la piel de nuestros cachorros y ser comprensivos con ellos.
Es totalmente normal que, a su llegada al hogar, el cachorro necesite un tiempo para adaptarse a su nuevo entorno, así como a su nueva familia.
Ten en cuenta que para él todo ha cambiado: no conoce su nuevo territorio, tampoco los olores y la manera en que se alimenta ya no es la misma. Todo ello puede producir temor e inseguridades al cachorro e incluso algún que otro llanto. Bien porque es su manera de decirnos que necesita algo o porqué echa en falta a su familia, algo totalmente comprensible teniendo en cuenta que los perros son animales muy sociables.
Es entonces cuando nos daremos a conocer ante el cachorro como su nueva familia. Una familia que estará en todo momento pendiente de que no le falte de nada y dispuesta a proporcionarle todo el calor, cariño y protección que necesite.
La realidad es que cada cachorro evoluciona a su ritmo según su forma de ser y en función de las experiencias previas que haya vivido con sus familiares. Lo habitual es que el cachorro se adapte de forma rápida a la nueva situación, aunque hay animales que necesitan de un mayor apoyo para conseguir conciliar el sueño, aprender sus rutinas higiénicas o aceptar la nueva alimentación.
Debes saber que existen veterinarios expertos en el comportamiento, los etólogos, que pueden darte orientación especializada en lo referente a los primeros momentos de la educación de tu mascota.
No obstante, puedes seguir sencillas pautas que te facilitarán la adaptación del cachorro al hogar y evitar que llore por las noches. Es fundamental que dejemos claro cuanto antes cuáles son sus zonas de descanso o alimentación y transmitirle el mensaje de que nosotros vamos a velar por su seguridad.
Si tienes alguna duda de cara a educar a tu cachorro, consulta a tu veterinario.
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
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