MITOS Y REALIDADES DEL ADIESTRAMIENTO CANINO 

El adiestramiento canino es la aplicación de los principios de aprendizaje animal para que los perros realicen una gran variedad de tareas.

El adiestramiento canino es la aplicación de los principios de aprendizaje animal para que los perros realicen todo tipo de tareas: desde acudir cuando los llamas, hasta sofisticadas misiones de búsqueda y rescate. El adiestramiento canino es una gran herramienta que facilita la vida de los perros en nuestra sociedad y fortalece la relación perro-persona. Todos los perros deberían tener al menos nociones básicas de adiestramiento. 

Así pues, sigue leyendo a continuación para conocer una perspectiva general sobre adiestramiento canino, además de unos cuantos consejos. 

¿Para qué sirve el adiestramiento canino?

Los perros forman parte importante de la vida humana. Ya sea ayudar al pastor a cuidar de sus ovejas, rescatar a las víctimas de desastres naturales o, simplemente, alegrarte el día cuando vuelves a casa. Para que la relación persona-perro sea fructífera, los perros deben adaptar su comportamiento a las reglas de convivencia con las personas y otros perros. 

Gracias al adiestramiento canino, podemos facilitar la adaptación de nuestros perros al entorno en el que les ha tocado vivir con éxito y seguridad. El adiestramiento canino es necesario incluso para perros cuya función es hacernos compañía. Por ejemplo, por su propia seguridad, todos los perros deberían saber caminar con correa sin tirar. 

El adiestramiento canino, bien entendido, busca que el perro exprese los comportamientos adecuados en las situaciones apropiadas, y que no aparezcan comportamientos indeseables. Pensar que el adiestramiento se limita a trucos y gracias es una perspectiva demasiado estrecha. Piénsalo así: perros que obedecen y saben comportarse generan tranquilidad y, por lo tanto, se les puede dar mayor libertad. 

¿A qué edad se comienza el adiestramiento canino?

Los perros aprenden desde sus primeras semanas y este es un proceso que continúa a lo largo de toda su vida. Las primeras lecciones vienen de la madre y de los otros cachorros de la camada. Este es el comienzo de la socialización. Por este motivo, el destete temprano está mal visto por expertos en comportamiento animal y, afortunadamente, con la nueva Ley de protección, derechos y bienestar de los animales en España está prohibido que los criadores vendan cachorros menores de 8 semanas. En el pasado, era común separar a los perritos de su madre desde las 4 semanas. Esto no solo es dañino para su salud, sino también para su comportamiento y su capacidad para aprender. 

El adiestramiento canino comienza desde el momento en que el cachorro llega a casa. Tareas tan sencillas como hacer sus necesitdades en el lugar correcto o tener buenos modales en torno a la comida son parte del adiestramiento canino y hay diversos métodos para facilitar estos comportamientos deseables. 

Cuanto más pronto comencemos a adiestrar a nuestros cachorros, más fácil será el proceso de aprendizaje. Ciertas órdenes, como la llamada, se pueden aprender rápidamente durante los primeros meses, pero presentan un verdadero reto cuando se enseñan a perros adultos, e incluso los entrenadores expertos tienen dificultades en estos casos. 

Ahora bien, es de suma importancia subrayar que el adiestramiento canino en un cachorro debe ser mucho menos intenso y en sesiones mucho más cortas que lo que se haría en un perro adulto. Un error muy común es que se les exija a los cachorros cumplir un régimen de entrenamiento estricto. 

De forma general, un perro de 6 meses debe poseer las nociones básicas de adiestramiento canino. A partir de ahí, el objetivo es perfeccionar lentamente estas órdenes e ir añadiendo poco a poco tareas avanzadas, según el contexto del perro. Un perro de trabajo, por ejemplo, alcanza su potencial alrededor de los 3 años. 

¿Cuáles son los principios básicos de aprendizaje animal? 

Existe mucha confusión en torno a los principios de aprendizaje animal, pues muchos suscitan connotaciones equivocadas. Sin embargo, un entendimiento claro de estos términos es el primer paso para comprender las técnicas de adiestramiento canino

Habituación, desensibilización y sensibilización

Estos tres fenómenos constituyen la forma más básica de aprendizaje y se conocen en su conjunto como aprendizaje no asociativo. La habituación y la desensibilización son sinónimos y ocurren cuando un perro reacciona menos a un estímulo. La socialización (exponer al cachorro a situaciones que afrontará en su vida diaria) es una forma de habituación. Una forma indeseable de habituación es cuando los perros tiran constantemente de la correa. 

El proceso opuesto es la sensibilización y ocurre cuando un perro responde con mayor intensidad a un estímulo. Esta forma de aprender suele causar problemas, pues es la base de muchos miedos. Sin embargo, tiene una gran utilidad en adiestramiento canino. Por ejemplo, siempre quieres que tu perro responda a tu voz de inmediato: esto se logra a través de la sensibilización. 

Condicionamiento clásico 

Ocurre cuando un estímulo sin significado se asocia a otro que sí lo tiene, de modo que el primero suscita la respuesta del segundo. El famoso experimento de Pavlov es un ejemplo de este tipo de aprendizaje: un perro saliva cuando escucha una campana, pues su sonido se ha asociado con el estímulo de la comida. 

Un ejemplo de condicionamiento clásico en adiestramiento canino es el clicker. Un entrenador sagaz asocia el clic (un sonido que no significa nada) a una recompensa. De esta forma, puede premiar (reforzar) un comportamiento de manera inmediata y a distancia. 

Condicionamiento operante 

Muchos comportamientos suscitan una reacción del ambiente y esta puede ser placentera o dolorosa. Por ejemplo, si pones tu mano sobre el fuego, el dolor de las quemaduras debilita este comportamiento y es menos probable que quieras tocar las llamas en el futuro. 

Del mismo modo, en adiestramiento canino usamos el condicionamiento operante para debilitar y fortalecer todo tipo de comportamientos. Los castigos debilitan (disminuyen la probabilidad de un comportamiento), mientras que los refuerzos fortalecen (aumentan la probabilidad). 

Refuerzo negativo y refuerzo positivo 

En el contexto del adiestramiento canino, positivo quiere decir que algo se añade y negativo que algo se quita. 

El refuerzo negativo consiste en quitar un estímulo poco placentero para fortalecer un comportamiento. Por ejemplo, cuando un perro está aprendiendo a andar con correa, un adiestrador hábil alarga la mano (quita presión) cuando el perro deja de tirar. Para evitar la molesta presión del collar, el perro aprende a caminar junto a su dueño, es decir, respetar la correa se fortalece. 

El refuerzo positivo consiste en otorgar una recompensa (una caricia, un elogio o una golosina). La dificultad del refuerzo positivo es dar el premio en el momento correcto, pues de lo contrario podríamos estar reforzando otro comportamiento. Por ello, el clicker, que asocia el clic a un refuerzo positivo, es tan útil, ya que permite mayor precisión. 

Castigo positivo y castigo negativo 

El castigo positivo debilita un comportamiento a través de un estímulo doloroso o poco placentero. Los castigos positivos más comunes en adiestramiento canino son los golpes, los tirones de correa y los gritos. Por supuesto, el castigo positivo se presta a muchísimos abusos y debe evitarse en la gran mayoría de las situaciones. Si el 99 % de las interacciones con tu perro son placenteras, un simple «¡Psst!» o un firme «¡No!» bastan por todo castigo. En situaciones en las que la vida de tu perro podría estar en peligro, el castigo positivo no solo es apropiado, sino que muchas veces es inevitable; por ejemplo, si vas paseando por la ciudad y tu perro sale disparado hacia la calle tras un ciclista, seguro se llevará un tirón de correa y esto constituye un castigo positivo. 

El castigo negativo consiste en quitar el refuerzo de un comportamiento. Por ejemplo, si tu perro ha aprendido a rogar que le des premios de tu plato durante la cena, la solución es simplemente castigarlo negativamente y no permitirle probar un solo bocado que provenga de tu mesa. Con el tiempo, este comportamiento indeseable desaparecerá. 

Hay un movimiento llamado adiestramiento canino positivo que propone que nunca deben usarse castigos (ni refuerzos negativos), solo refuerzos positivos y contracondicionamiento.

Dicho esto, un buen entrenador mantiene los castigos en el mínimo necesario y de ninguna manera debemos tolerar los abusos. Si aplicas buenos principios de adiestramiento, casi nunca deberás usar un castigo positivo que vaya más allá de una llamada de atención, pero debes estar listo para actuar en casos de emergencia.

Contracondicionamiento 

Consiste en reforzar un comportamiento deseable que impide que se lleve a cabo un comportamiento indeseable. Por ejemplo, si tu perro está a punto de lanzarse a la calle y le pides que se siente, efectivamente habrás impedido que tu mejor amigo lleve a cabo un comportamiento peligroso, sin la necesidad de castigarlo. El contracondicionamiento es muy poderoso, pero requiere de bastante maestría en adiestramiento canino para llevarse a cabo con éxito. 

Para que sirve el adiestramiento canino

¿Qué debo enseñarle a mi perro del adiestramiento canino?

Para tener éxito en el mundo humano, todos los perros deberían aprender las siguientes órdenes y perfeccionarlas con el tiempo. 

La siguiente tabla describe los principios y las técnicas necesarias para enseñar las órdenes básicas de adiestramiento canino y te será de gran ayuda en este proceso: 

Tarea Principios de aprendizaje Cómo se enseña 
Hacer sus necesidades Refuerzo positivo Lleva al cachorro frecuentemente al lugar correcto y elógialo o dale un premio cuando haga sus necesidades ahí. 
AtenciónRefuerzo positivo, condicionamiento clásico y sensibilización Di el nombre de tu perro de forma sonora y con voz más aguda. Si tu perro se gira a verte, elógialo o dale un premio. Para una versión más avanzada, usa un clicker
 
Para sensibilizarlo, evita usar su nombre cuando no quieras llamar su atención y, sobre todo, evitar repetirlo muchas veces si no te presta atención a la primera. 
LlamadaRefuerzo positivo, refuerzo negativo, sensibilización y castigo positivo. Nunca dejes a tu perro sin correa en un lugar donde podría poner su vida en riesgo. Usa una correa larga si es necesario. 
 
Llama la atención de tu perro y dale la orden de llamada. Extiende tu mano con un premio y dáselo hasta que toque tu mano con la nariz. 
 
Si tu perro no viene, dale un par de tirones suaves con la correa o correa larga. Si todavía no acude, usa la correa para atraerlo hacia ti, una vez que esté a tu lado, libera la presión de la correa. Si su actitud se vuelve positiva hacia ti, elógialo y dale caricias, pero no le des un premio. 
 
Los perros jóvenes o adultos que nunca aprendieron la llamada de cachorros a veces corren en la dirección contraria cuando los llamas, lo que puede ser una gran fuente de frustración. Si esto te llegare a ocurrir, no castigues cuando lo cojas. 
SentadoRefuerzo positivo. Pon una golosina en tu mano y muéstrasela a tu perro mientras das la orden. Tu perro intentará varios comportamientos para obtener el premio (ladrar, saltar, rascar), pero, eventualmente, se sentará. En el instante en que se siente, dale el premio. 
 
Incrementa progresivamente el tiempo que le pides quedarse sentado. 
Quieto Refuerzo positivo, castigo positivo. Pídele a tu perro que se siente, da la orden «¡Quieto!» y da un paso hacia atrás. Si tu perro se queda en su sitio, dale un premio. Si se mueve, di «¡No!» con firmeza. Repite si es necesario. 
 
Conforme avancéis y ya puedas alejarte varios pasos, usa la llamada para atraerlo hacia ti y dale un premio. 
 
Tras varias semanas de práctica, empieza a pedirle el quieto, incluso si no lo has sentado primero. 
Respetar la correa Refuerzo negativo, castigo positivo. Cuando tu perro empiece a poner presión en la correa, detente, da un paso hacia atrás y llámalo con la correa. Si insiste en tirar hacia adelante, da otro paso hacia atrás, hasta que tu perro desista. Repite esto cuantas veces sea necesario. 
 
Si tu perro se cruza y te hace tropezar cuando vas caminando, usa un «¡Psst!» o un «¡No!» firme, pon presión en la correa y recupera una posición de paseo correcta. 
 
Si tu perro se lanza al tráfico, a los ciclistas o a otros perros, un castigo puntual puede ser apropiado, pero es mejor que recurras a un experto en estos casos. 
Suelta Refuerzo positivo, castigo positivo. Practica con un juguete. Cuando tu perro lo tenga en su boca, dile con firmeza «¡Suelta!». Si lo has hecho con la firmeza necesaria, tu perro dejará lo que tiene en la boca. En el momento preciso en que lo suelte, elógialo y dale un premio. 
Barreras
invisibles 
Refuerzo positivo, castigo positivo. Practica en la puerta de una habitación a la que no quieres que entre tu perro. 
 
Entra en la habitación y, si tu perro te sigue, usa un «¡Psst!» o un «¡No!» firme y condúcelo a la entrada. Vuelve a entrar y, si te vuelve a seguir, repite el castigo positivo. Cuando se quede quieto o se siente en el límite de la barrera invisible, usa el clicker o lánzale un premio. 
 
Eventualmente, puedes aumentar la dificultad colocando un juguete o un premio para tentar a tu perro. ¡Incluso con tantas tentaciones, debe respetar la barrera invisible! 
 
Al final de una sesión de adiestramiento en barreras invisibles, regresa al otro lado de la barrera y dale a tu perro toda la atención que quiera. 

Estas son algunas tareas de adiestramiento que más facilitan la convivencia con tu perro. Cabe decir que, aunque son básicas, si las dominas y las perfeccionas, muchos pensarán que algún experto del adiestramiento canino ha trabajado con tu mejor amigo. 

Si quieres llevar tu adiestramiento al siguiente nivel, hay muchos comportamientos avanzados que puedes practicar. Si quieres ir todavía más lejos, podrías intentar unirte a un club de agility, pastoreo deportivo o búsqueda y rescate. La expresión más avanzada del adiestramiento canino es el Schutzhund, un deporte que combina elementos de guardia y protección, agility y obediencia. 

Algunos consejos para que tengas éxito en adiestramiento canino

Aunque tienen algunos nombres contraintuitivos, los conceptos de aprendizaje animal son muy poderosos y sirven para enseñar prácticamente cualquier comportamiento. Sin embargo, aplicarlos no es tan fácil como parece y se necesitan años de práctica para dominarlos. Estos son unos cuantos consejos que te ayudarán a evitar los errores más comunes: 

  • Ten paciencia: cuando algo sale mal en adiestramiento canino, siempre es culpa de la persona, no del perro. Controlar las emociones negativas es muy importante pues, si pierdes la paciencia, podrías dañar la relación con tu perro y estropear meses de trabajo. 
  • No te compliques las cosas innecesariamente: cuando empieces a enseñar un nuevo comportamiento, hazlo en condiciones favorables, con pocas distracciones y en un ambiente seguro. Por ejemplo, si estás entrenando la llamada, empieza en casa y no en un parque para perros donde, naturalmente, tu mejor amigo estará distraído. 
  • Avanzad a vuestro propio ritmo: el adiestramiento nunca es cosa de uno, sino que se trata de un binomio perro-persona. El adiestramiento es un proceso de adaptación mutua, en el que ambos aprenderéis a leer vuestro lenguaje corporal, a identificar qué os motiva y a generar confianza. 
  • No te compares con los demás: en redes sociales, abundan vídeos de perros haciendo maniobras espectaculares. Recuerda que estos vídeos están muy editados y que, detrás del momento perfecto, existen cientos de fallos y años de trabajo. 
  • Acude con un experto: cerca de ti, seguramente existe un centro de adiestramiento canino o algún grupo de amantes de los perros. Es muy diferente observar a un entrenador experto en acción a ver vídeos o leer artículos. Además, hay algunos problemas como la agresión, comportamientos destructivos y la ansiedad por separación donde la ayuda de alguien externo a la situación no solo es recomendable, sino necesaria. Nunca te pongas en riesgo a ti mismo o a tu perro #MyPet. 

Ahora que ya posees las bases del adiestramiento canino, ha llegado el momento de aplicar estos principios. ¡Adelante!

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