Los gatos suelen caracterizarse por odiar el momento del baño, aunque, paradójicamente, sean los animales de compañía más limpios. Estos animales están acostumbrados a acicalarse con su lengua, que les ayuda a eliminar el pelo muerto, las bacterias y los gérmenes que puedan haberse adherido a él.
¿Debo bañar a mi gato? La respuesta es que no es verdaderamente necesario bañarlo con agua y jabón, pero en ocasiones puede requerirse debido a que estén excesivamente sucios después de alguna excursión, o simplemente hacerlo como parte de su rutina de higiene habitual.
Para que el baño sea una experiencia que nuestro gatito disfrute, es importante que tenga nuestro apoyo durante todo el proceso especialmente en los primeros baños. ¡Sigue leyendo para descubrir todos aquellos pasos a seguir para que el primer baño de tu felino sea un éxito!
Preparativos para la rutina de aseo
Primeros pasos
Lo ideal para bañar a un gato es acostumbrarlo desde que es un gatito ya que asociará ese momento con algo agradable que mantendrá a lo largo de toda su vida.
Lo más importante es que se vaya familiarizando con los elementos que componen el aseo y los asocie a algo bueno y relajante. Por ese motivo, lo primero que debemos hacer es asegurarnos que el animal se sienta cómodo en la zona de baño. Para ello, podemos llamarlo para que entre en el baño de forma progresiva, y así poco a poco que se acostumbre a estar en la habitación. Anímale, de vez en cuando, usando un tono de voz suave y dulce para que no se sienta intimidado.
Nuestro apoyo es vital
Suavidad y paciencia. Nada de forzar al animal. Deja que sea él quien vaya entrando en la habitación donde lo vas a bañar. Nuestro apoyo es de vital importancia en su proceso de adaptación. Debemos asegurar que esa zona es completamente segura para el gatito y que se sienta cómodo antes de proceder con el baño.
A veces puede resultar difícil que el felino se anime a visitar la zona de baño por sí solo: recuerda que este proceso requiere de nuestra ayuda. Para favorecer las visitas del gatito a esa zona, podemos trasladar los juegos y actividades que normalmente lleva a cabo a esa estancia. Así mismo, los gatos son animales que se guían mucho por el olfato. El uso de aromas que les resulten familiares y les transmitan seguridad puede resultar muy útil.
En los casos más difíciles, el uso de feromonas puede ser conveniente.
Una vez nuestro gato se sienta cómodo en la zona de baño, el siguiente paso es que se acostumbre a entrar a la bañera o plato de ducha. Para ello podemos usar los mismos consejos mencionados anteriormente, añadiendo juegos en seco con toallas.
El primer contacto con el agua
Una vez que nuestro gatito está familiarizado con la zona de baño, llega la hora del primer contacto con el agua. Bañar gatos no es una tarea fácil, pero no imposible. Este momento debe ser paulatino, tranquilo y firme.
El gato seguramente querrá escapar, por eso es vital no forzar su proceso de adaptación y esperar a que se sienta completamente cómodo.
¿Por dónde empiezo?
Debemos empezar primero por el cuerpo y seguir posteriormente por la cabeza. Evita que el gato trague agua, ya que esa experiencia se convertirá para él en un evento desagradable y la siguiente vez que quieras bañarlo será un verdadero drama. Hay que bañar a los gatos con jabones especiales para su PH, evita usar jabones de humanos. Recuerda poner una alfombra antideslizante para que no se resbale. Eso le aportará seguridad y le estresará menos.
El agua debe estar templada, ni demasiado caliente, ni demasiado fría, para que el gato note el mínimo contraste de temperatura. No olvides focalizar el baño en aquellas zonas que requieren más atención como las patas. Puedes lavarle la cara con una toalla húmeda evitando así que el agua entre directamente en contacto con la misma y le genere estrés.
Al acabar, sécalo con suavidad con una toalla. Para poder usar un secador, deberás también acostumbrarlo al mismo. No le apliques calor demasiado fuerte ni demasiado cerca. El aire tampoco es del agrado de los mininos, así que úsalo con moderación. Si es verano, sécalo un poco con la toalla y deja que se termine de secar al aire.
¿Cada cuánto bañar a un gato?
Lo más conveniente es bañar a los gatitos más a menudo que a los gatos adultos. A los gatos adultos se les puede bañar cada cuatro meses aproximadamente, ya que son animales muy limpios y no necesitan baños frecuentes.
Conclusión
Aunque los gatos son animales muy limpios que se asean diariamente, y con su lengua eliminan el pelo muerto y la suciedad, el baño puede introducirse de forma esporádica o como parte de su rutina de aseo. Puede que no sea una tarea fácil para las familias de gatos, especialmente durante los primeros baños, ya que pueden resistirse.
Pero lo cierto es que, si seguimos una serie de pautas, podemos hacer que nuestro minino disfrute del primer baño, y de todos los que están por venir.
No olvides visitar a tu veterinario de forma periódica para que revise a tu gato y recuerda consultarle cualquier duda acerca del momento del aseo de tu mascota.
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
ENCUENTRA UN VETERINARIO