El gato bengalí es una de las razas de gatos más especiales pues posee el aspecto de un felino salvaje, pero con todo el amor y la ternura de un gato doméstico. Aunque hay otros gatos con el pelaje moteado, solo el bengalí posee un patrón de rosetas como el del leopardo. Los gatos bengalíes son exóticos y, sin duda, uno de los mininos que más evoca la belleza de los felinos salvajes.
Así que sigue leyendo que aquí te contamos todo lo que necesitas saber para convertirte en un experto en el gato bengalí.
Origen del gato bengalí
Para comprender por qué el gato bengalí es tan especial, debemos conocer primero al gato leopardo. El gato leopardo (Prionailurus bengalensis) es un felino silvestre que proviene de Asia. Se trata de un gato salvaje que no es dócil y que no debe tenerse en casa. Desafortunadamente, en el pasado, el gato leopardo era muy popular y se podía comprar en muchas tiendas de mascotas, principalmente en Estados Unidos. Sin embargo, cuando estos gatos leopardos crecían, se volvían indóciles, asilvestrados y hasta agresivos. Por ello, era común que terminaran abandonados o que sufrieran toda clase de abusos.
En la década de los 60, Jean Mill, una criadora de gatos, adquirió una gata leoparda, la cual se cruzó accidentalmente con uno de sus gatos. La gata tuvo una camada de la que sólo sobrevivió, una gatita llamada Kin-Kin.
Entonces, Jean Mill tuvo una idea: si lograba desarrollar una raza de gatos domésticos con aspecto exótico, la gente dejaría de comprar felinos salvajes como el gato leopardo. Y así nació el gato bengalí. Tras mucho trabajo y la ayuda de genetistas y criadores, el gato bengalí alcanzó su estatus como raza entre las asociaciones más importantes, aunque algunas, como las inglesas, no reconocen al bengalí por su pasado como híbrido.
Si bien el gato bengalí comenzó como un híbrido, hoy en día es un gato doméstico en toda regla. A pesar de ello, en los programas de crianza, es necesario hacer cruces con el gato leopardo para conservar las características de la raza. Este es un punto importante ya que, si tu bengalí tiene sangre de gato leopardo de una, dos o tres generaciones atrás, es muy posible que desarrolle comportamientos incompatibles con la vida en casa, como por ejemplo hacer sus necesidades fuera del arenero. Por el contrario, si tu bengalí tiene ascendencia de gato leopardo de cuatro o más generaciones atrás, será un gato perfectamente domesticado. Por ello, es fundamental que, al adquirir un gato bengalí, lo hagas a través de un criador ético y responsable, que lleve cuidadosos registros. Un gatito bengalí se comporta como cualquier otro gatito, sin embargo, los problemas de comportamiento aparecen con la pubertad.
Descripción del gato bengalí
Con un aspecto de felino salvaje, el bengalí se caracteriza por su pelaje con patrón de rosetas. Un gato bengalí grande puede superar los 7 kg y se sabe de machos que alcanzan los 10 y hasta los 11 kg. De media, una hembra pesa entre los 3.5 y los 5.5 kg y los machos, de 4 a 7 kg.
Orejas
Tienen orejas de medianas a grandes, de base ancha y con las puntas redondeadas. En los gatos de exhibición, no se permiten los flecos de lince (mechones de pelo que sobresalen de las orejas).
Ojos
Tienen unos ojos muy especiales y grandes. Son casi redondos, pero, como están delineados, le dan un aspecto almendrado, aunque no abultados ni sobresalientes. El color de los ojos es independiente del color del pelaje, así que existe una gran variedad, pero se buscan colores de tonalidades ricas, profundas y bien definidas.
Pelaje
El gato bengalí tiene un pelaje mediano-corto, esto quiere decir que la longitud cambia con las mudas y con las estaciones. El pelaje es muy denso y sedoso. Existe una variedad de esta raza con pelo semilargo, pero algunos consideran que se trata de una raza diferente.
El patrón del pelaje es único entre todas las razas de mininos, ya que tiene rosetas como las de un leopardo, aunque también hay bengalíes con patrón marmoleado.
En lo referente al color, existe una gran variedad que oscila desde el marrón hasta el foca-plata (gato bengalí blanco). Algunas variedades, como el foca-lince, pueden tener las puntas coloreadas (cabos de un color más oscuro). Para mayor deleite de los amantes de los gatos, algunos bengalíes pueden tener un escarchado en las puntas de los pelos, lo cual les confiere un hipnótico resplandor, similar al del leopardo de las nieves.
Cuerpo
Tienen el aspecto de un felino salvaje con el temperamento de un gato doméstico. Por ello, su cuerpo es atlético y alargado, pero sin llegar a la conformación esbelta típica de razas como el gato siamés. El bengalí es musculoso, especialmente los machos.
Gato bengalí, carácter
El gato bengalí es enérgico y activo, por lo que necesita de muchas actividades, juegos y espacio. Además, es un gato con muy buena disposición hacia las personas y es extremadamente leal. Su inteligencia también lo distingue y es un gato que aprende rápidamente. El bengalí es amante del agua y no es raro que aprenda a abrir y cerrar la llave del grifo. Algunos bengalíes son tan listos que incluso aprenden a hacer sus necesidades en el inodoro.
Ya que cuenta con la inteligencia, el tamaño y el valor para afrontarlos, el gato bengalí puede convivir con perros, siempre y cuando estos sepan respetar a los gatos. No obstante, las mascotas más pequeñas fácilmente se pueden convertir en víctimas del bengalí. No es un gato apropiado para niños pequeños, ya que, de entre las razas de gatos, el bengalí se encuentra entre los menos dóciles. No obstante, puede ser un maravilloso compañero para niños más grandes y familias activas.
Cuidados del gato bengalí
El gato bengalí requiere de poco aseo. Sin embargo, conviene cepillarlo al menos una vez por semana para ayudarlo a eliminar el pelo muerto y también para que se acostumbre a la manipulación; esto será de gran ayuda en las visitas al veterinario. Al tratarse de un gato activo, el bengalí suele desgastar sus uñas de manera natural, aunque es una buena idea revisarlas periódicamente y recortarlas si es necesario.
Es importante que tu gato bengalí tenga todas sus vacunas al día. Además, la protección continua frente a parásitos internos y externos es fundamental para prevenir enfermedades.
Debemos insistir en la importancia de la crianza responsable al tratarse de razas como el gato bengalí. Todos los criadores deberían monitorear sus camadas para detectar enfermedades genéticas como la cardiomiopatía hipertrófica. Estas pruebas y cuidados incrementan el coste de esta raza, por lo que el gato bengalí se considera el minino más caro del mundo, un precio que definitivamente lo vale si quieres llevar la magia de la selva a tu hogar.
El gato bengalí es una raza maravillosa, con un aspecto exótico y un carácter alegre y activo. Sin embargo, existen otras razas con características muy distintas que quizás se adapten mejor a tu estilo de vida. Por ejemplo, si el tamaño del gato bengalí es lo que encuentras más atractivo, pero quieres un minino más tranquilo, considera al Maine Coon.
Infórmate acerca de otras razas de gatos antes de decidir cual quieres llevar a tu hogar. #MyPet
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
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Fogle, B. (2009). Gatos. Espasa Calpe.
Helgren, J. A. (2013). Encyclopedia of Cat Breeds: A Complete Guide to the Domestic Cats of North America [2da ed.]. Barron’s Educational Series.