El inconfundible gato persa, con su largo pelaje y su rostro chato, es una de las razas favoritas de los amantes de los gatos. Gracias a su docilidad y su actitud despreocupada, es un minino que parece haber nacido para los gozos gatunos: pasar largas horas en tu regazo, mirando por la ventana o recibiendo mimos. Su dulzura y elegancia son dos características muy apreciadas en un compañero, quizá el gato persa sea el indicado para ti. ¡Vamos a descubrirlo!
Historia del gato persa
Algo increíble ocurrió en las remotas montañas de Persia (hoy Irán): gracias a una mutación genética, comenzaron a aparecer gatos pelilargos. Estos hermosos felinos pronto llamaron la atención de la realeza y se convirtieron en habitantes de los palacios. Sabemos que los gatos pelilargos eran en extremo apreciados, pues aparecen en algunos bajorrelieves persas con miles de años de antigüedad.
La historia dio muchos vuelcos y la fortuna de Persia menguó y así el legendario gato pelilargo quedó confinado a su región de origen. Entonces, durante el Renacimiento, Pietro Della Valle, un compositor y viajero italiano, dio con gatos de pelaje largo y gris en sus viajes por Asia Menor, se enamoró de ellos e introdujo a los primeros ejemplares en Europa.
El gato que conoció Pietro Della Valle, el gato gris persa, es lo que se conoce como el gato persa tradicional o clásico. Era de facciones compactas, pero sin llegar a lo que conocemos hoy en día. No obstante, ya poseía su temperamento dócil y su actitud digna.
Así como en la antigüedad, los gatos pelilargos cautivaron a la realeza, el gato persa se convirtió en uno de los favoritos de los monarcas europeos. La reina Victoria fue una de las más fervientes promotoras de esta raza de gatos. Durante el siglo XVIII el número de criadores de gato persa se extendió y, de hecho, se puede decir que el movimiento de los amantes de los gatos moderno (cat fancy) se origina con este furor.
Durante siglos, el gato persa ha adquirido una gran variedad de colores y también se ha acentuado su conformación compacta. Sin embargo, en las últimas décadas, amantes de los gatos conscientes de los problemas de salud que el braquicefalismo conlleva, han intentado recuperar un aspecto más cercano al del gato gris persa que quizá ronroneara en el regazo del mismo Ciro el Grande, hace miles de años.
Color del pelaje del gato persa
La capa originaria del gato persa es el color gris que, entre los fanáticos de los gatos, se conoce como gato persa azul. Sin embargo, gracias a la cría, es posible encontrar gatos persa de todos los colores tradicionales: hay gatos persa negros e incluso gatos persa lila. No faltan los gatos persa atigrados, calico y marmoleados. No obstante, no existe el gato persa moteado. En el gato persa, también se da el patrón de puntas coloreadas, típico de razas orientales como el siamés.
El color de los ojos también tiene una gran variación, aunque se espera que corresponda con el pelaje. Un gato persa blanco debería tener los ojos azules o dorado claro, mientras que gatos persa humo o gris suelen tener ojos de colores más profundos como el verde o el ámbar.
Tipos de pelaje del gato persa
El gato persa se caracteriza por su pelaje largo; de hecho, es la raza pelilarga por excelencia. Hay algunas asociaciones que aceptan gatos con pelaje semilargo, pero esto resulta casi ofensivo para los más puristas. La realidad es que no están del todo equivocados; desde el punto de vista genético, el gato persa y el angora turco son quienes poseen un pelaje largo en el sentido más estricto; el resto de las razas de pelo largo tienen un manto semilargo, es decir, largo en invierno y más corto en verano.
Hay dos texturas de pelaje en él: el sedoso y el algodonado. Los gatos azules (grises) y atigrados suelen tener un pelaje más sedoso, mientras que los lila, crema y humo lo tienen más algodonado. Los gatos persa blancos lo pueden tener de una u otra textura.
Temperamento del gato persa
Además de su pelaje largo y su rostro chato, el otro rasgo característico del gato persa es su docilidad extrema. Es uno de los gatos de menor energía, por lo que puede resultar un poco frustrante para personas que desean interactuar constantemente con su gato. La idea de felicidad para este gato es pasar horas en tu regazo, durmiendo o mirando por la ventana. Esto no quiere decir que el gato persa sea apático, pues es un gato que disfruta mucho de los mimos y recompensa a su dueño con una fidelidad exquisita: es un gato de una sola persona.
Hay que tener paciencia con el gato persa, pues es una de las razas que más problemas tiene para aprender a usar el arenero y también es un gato que suele marcar su territorio con orines. Sin embargo, con el arenero correcto y un poco de astucia, es posible enseñarle buenos modales a cualquier gato.
El gato persa es desconfiado de los extraños y puede desarrollar fobias, por lo que hay que ser muy pacientes con él. Llevar a una mascota nueva a casa puede desencadenar toda una serie de problemas de comportamiento, especialmente al tratarse de perros jóvenes o gatos muy activos, como el siamés.
El persa es un gato muy apropiado para personas hogareñas y tranquilas. Además, puesto que vocaliza muy poco, es apropiado para pisos donde el hay vecinos muy sensibles al ruido.
Cuidados del gato persa
El gato persa es una de las razas que más cuidados necesitan. El cepillado diario es fundamental, pues de lo contrario el pelaje se enreda y se apelmaza. No solo eso, sino que, sin cepillado constante, las bolas de pelo se pueden convertir en un verdadero problema.
Debido a la forma chata de su cara, el gato se mancha mucho de lágrima, por lo que es necesario limpiar su rostro todos los días. Ya que su nivel de actividad es bajo y no usa mucho el rascador, hay que revisar sus uñas semanalmente y recortarlas cuando sea necesario. El cepillado de dientes debe hacerse varias veces por semana.
La conformación de esta raza de gatos también resulta en problemas de mordida, además, de que es propenso a la obesidad, por lo que es necesario controlar su consumo de alimento. Para esto, es muy útil proporcionarle un comedero automático o, todavía mejor, uno inteligente.
Finalmente, el este gato no es apropiado para la vida en exterior pues no tiene las facultades para defenderse de los perros u otros gatos. Además, no es particularmente longevo, lo que se debe en gran medida a sus problemas de salud.
Para darle a tu gato la mejor vida es fundamental que los lleves a visitas periódicas con el veterinario, que lleves sus vacunas al día y que tenga protección contra parásitos internos y externos, aunque no salga de casa.
Problemas de salud comunes
Casi todos los problemas de salud del gato persa se derivan de la conformación de su rostro. Por ejemplo, es muy común que los gatos con rostros en extremo chatos hagan mucho ruido al respirar, debido a lo estrecho de sus vías respiratorias. Muchos se han preguntado si esta selección durante la cría, es excesiva; por ello, muchos criadores amantes del gato persa buscan retornar a una conformación más natural.
Existen dos líneas de conformación, el gato persa tipo pekinés y el tipo muñeca. El primero tiene una conformación extrema y es popular en los concursos y exhibiciones de gatos de pedigrí; el segundo es más natural y es más apropiado para quien ama a estos gatos y se preocupa por la salud y el futuro de esta raza. A menos que tu intención sea competir en conformación, te recomendamos que elijas al tipo muñeca.
Es muy importante que, al adquirir este gato, lo hagas con un criador responsable. Cualquier raza con rasgos extremos se presta a muchos abusos. Nunca compres de alguien que no te permita conocer a los padres de la cría o ver sus registros de salud.
Compatibilidad del gato persa con tu personalidad, niños y otras mascotas
El gato persa es muy dócil y vive en su propio mundo, pero eso no quiere decir que no necesite cuidados. En promedio, deberás pasar al menos una hora diaria cepillándolo, limpiando sus dientes y haciendo otras tareas de limpieza. Si puedes cumplir con este requisito, entonces el este gato puede ser ideal para personas que pasan buena parte del día fuera de casa y viven en pisos pequeños.
Puesto que no es juguetón ni activo, los gatos de esta raza no son idóneos para familias con niños pequeños. En lo que se refiere a otras mascotas, este gato tolera bien a perros y gatos que afines a su propio temperamento. Es mejor introducir un gato persa cuando es un gatito o gato joven a un hogar donde ya vivan mascotas que al revés. Los perros activos y con un alto instinto de persecución pueden convertirse en una pesadilla para cualquier gato que, como no es un buen escalador, no tiene como huir de ellos.
Sin embargo, si eres una persona tranquila, hogareña y tu idea de diversión es pasar el rato leyendo un libro o mirando una película, el gato persa puede ser ideal para ti, además de que le traerá a tu hogar un toque de elegancia que no ha pasado de moda desde los tiempos de Darío.
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
ENCUENTRA UN VETERINARIOReferencias
Hart, B. L. y Hart, L. A. (2013). Your Ideal Cat: Insights into Breeds and Gender Differences in Cat Behavior. Purdue University Press.
Helgren, J. A. (2013). Encyclopedia of Cat Breeds: A Complete Guide to the Domestic Cats of North America [2da ed.]. Barron’s Educational Series.