Vacunación en residencias caninas, criaderos o protectoras de animales.
Podría parecer que la vacunación de un grupo de animales debería seguir las mismas pautas que la vacunación de un solo animal…no es exactamente así.
Cuando vacunamos un solo individuo, nos fijamos exclusivamente en su estilo de vida, sus circunstancias, su estado de salud…
Cuando vacunamos a un grupo de individuos que conviven juntos, que comparten espacio, alimento, agua… debemos tener presente que el estado sanitario de solo uno de ellos puede llegar a afectar al resto, y que ese “compartir” puede llegar a reflejarse en el padecimiento conjunto de ciertas enfermedades.
En el caso de animales que conviven juntos (criaderos, residencias para perros, entidades de protección, guarderías caninas, etc.) debemos tener muy presentes dos patologías: la tos de las perreras y la leptospirosis
La tos de las perreras
Estamos ante una patología de origen infeccioso que afecta principalmente a las vías respiratorias; aún no siendo una patología que suponga un riesgo para la vida del perro, su presentación principal, la tos, suele ser muy molesta y de compleja resolución.
La afección principal es una traqueobronquitis (inflamación de la traquea y de los bronquios) de origen infeccioso, que cursa con tos seca y constante asociada a una dificultad respiratoria acentuada.
¿Cuáles son las causas de la tos de las perreras?
Esta patología puede ser debida a la presencia de varios agentes infecciosos; entre los más habituales tenemos una bacteria: Bordetella bronquiséptica, y varios virus: parainfluenza, reovirus, adenovirus… No debemos olvidar que entre las causas principales también debemos tener presentes los factores ambientales, el entorno y el manejo de los animales: mucho más habitual en animales de colectividades, a pesar que perros que viven sólo con su familia humana pueden también padecerla.
¿Qué perros pueden sufrir la tos de las perreras y cuáles son sus síntomas?
Esta patología, como ya hemos comentado, se presenta principalmente en entornos donde existe un gran número de perros; los animales que presentan el problema han adquirido la enfermedad por contagio directo, nariz con nariz.
Los agentes infecciosos son expulsados en grandes cantidades a través de las secreciones del arbol respiratorio del animal afectado durante 8 o 9 días; una vez que el animal sano es infectado puede presentar fiebre, descarga nasal serosa (mocos) y tos seca, ronca e improductiva.
El curso clínico de las formas más benignas, suele durar entre una y dos semanas.
¿Cómo tratar la tos de las perreras?
En multitud de ocasiones la patología desaparece de la misma forma que apareció. La tos de las perreras no es una patología grave, y por ello es posible llevar a cabo diferentes cuidados sin necesidad de tratamiento.
En otras ocasiones, y siempre que la sintomatología y el estado clínico del animal así lo indiquen, será necesaria la aplicación de un tratamiento. En la mayoría de las ocasiones este pasa por la administración de antibióticos si la tos se acompaña de fiebre; en las primeras fases de la enfermedad puede ser útil la administración de antiinflamatorios para combatir la molesta irritación de las vías respiratorias superiores.
¿Cómo prevenir la tos de las perreras?
Como en la mayoría de las patologías infecciosas que afectan al perro, uno de los pilares de la prevención es la vacunación. En el caso de la Bordetella bronquiseptica, su vacunación también es posible. Existen vacunas de aplicación intranasal que protegen al perro justamente dónde se verifica el contagio, a nivel de la mucosa de la nariz.
Leptospirosis
La leptospirosis es una enfermedad que suele afectar sobretodo a animales que conviven en grupos y puede ser transmitida al ser humano. Esta patología puede prevenirse con una vacunación adecuada y con una higiene especifica de los entornos.
¿Cuáles son las causas de la leptospirosis?
Estamos ante una enfermedad producida por la bacteria Leptospira; se trata de una enfermedad distribuida por todo el mundo y que se contagia a través de la orina eliminada por los animales infectados y/o enfermos.
La orina cae sobre agua estancada y penetra en los animales sanos a través de heridas en la piel.
Y también existen otros posibles “colaboradores” para la transmisión de la enfermedad: las ratas. Las ratas apenas se ven afectadas por la enfermedad, pero pueden ser portadoras durante años (reservorios)
¿Cuáles son los síntomas de la leptospirosis?
Los animales afectados pueden presentar síntomas desde muy leves a extremadamente graves. Lo más habitual es la presentación conocida como “forma clásica”:
- Fiebre alta.
- Gastroenteritis: vómitos y/o diarrea (con o sin sangre)
- Ictericia (color amarillento de mucosas, piel…) por alteración hepática.
- Orina oscura por alteración renal.
- Deshidratación.
- También el animal enfermo puede presentar problemas respiratorios importantes.
Algunos animales (pueden recuperarse lentamente, incluso recuperar la normalidad… otros necesitarán tratamiento, algunos sufrirán secuelas permanentes en riñón…
¿Cómo tratar la leptospirosis?
Al ser una enfermedad bacteriana, la leptospirosis puede ser tratada con antibióticos, pero también será importante la rehidratación y el tratamiento de los efectos causados sobre los órganos afectados (riñón, hígado…) y los síntomas digestivos (vómitos, diarreas…)
¿Cómo prevenir la leptospirosis?
Afortunadamente la leptospirosis puede prevenirse mediante la vacunación. Las vacunas son fundamentales en los perros que comparten sus vidas con humanos y más importante aún en aquellos animales que vivan en grandes grupos y en los que las condiciones higiénicas no sean las más adecuadas.
Consulta a tu veterinario sobre cómo proteger a tu perro y a tu familia de estas enfermedades.
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
ENCUENTRA UN VETERINARIO