Tener a tu lado a un perro educado supone disfrutar de una convivencia tranquila, feliz y plena. Compartir la vida con un animal que conoce y cumple una serie de órdenes debería ser no sólo una situación deseable, como exigible. Un animal educado, positivamente, es un animal más equilibrado, confiado y feliz 🙂
El adiestramiento canino en positivo consiste en la utilización de refuerzos positivos como premios, caricias, juegos o comida para enseñar al animal a comportarse de manera adecuada en el mundo. Según las leyes del aprendizaje animal, una conducta reforzada positivamente tiende a repetirse y una conducta no reforzada tiende a extinguirse.
Todos los seres vivos tienden a repetir los comportamientos que se les recompensan y tienden a evitar los que no les reportan ningún beneficio. Si tenemos claro este concepto podremos enseñar a nuestro perro cualquier comportamiento que deseemos y podremos evitar o modificar aquellos que nos disgustan. Para enseñar correctamente a tu mascota, apúntate estos consejos de la guía de adiestramiento canino:
1. Ten claro que no necesitas castigar a tu perro. Lo que tienes que hacer es encontrar una manera en la que el comportamiento correcto sea lo suficientemente recompensado como para el propio perro elija repetirlo y no repita el comportamiento incorrecto. El castigo, puede llegar a conseguir que el animal obedezca una orden, pero por miedo. El perro hará lo que el dueño le indica, para evitar un daño. Ten en cuenta que el “adiestramiento” bajo presión, golpes o violencia (más instaurado aún de lo que podemos imaginar) solo consigue que el animal evite recibir cualquier tipo de orden.
2. Para lograr una educación adecuada, tendrás que reforzar positivamente aquellos comportamientos que nos gustan. Los que consideres incorrectos deberás ignorarlos y prevenirlos.
3. Ten claro que tu perro sabe sentarse y tumbarse, caminar a tu lado, ir hacia ti cuando le llamas e incluso permanecer quieto y tranquilo durante largos periodos de tiempo si quieres. Por lo tanto, nosotros no vamos a enseñarles nada nuevo. Lo que hacemos con una educación adecuada es indicarles mediante sonidos u órdenes a seguir determinados comportamientos, hacer que les resulten divertidos y les reporten consecuencias agradables como premios, caricias… Para que los repitan cuando nosotros se lo pidamos.
4. Esta educación en positivo consiste en crear un lenguaje común entre tú, como dueño y tu mascota. Es muy importante que todos los miembros de la familia utilicen las mismas órdenes para la misma situación: si queremos que se siente y decidimos que la palabra común es “sit”, todos deben utilizar “sit” no “siéntate”, por ejemplo.
5. Por supuesto, el perro siempre tendrá la opción de no hacernos caso. Si eres un buen propietario crearás un buen patrón de respuestas reforzadas positivamente en su cerebro para que quiera realizar ese comportamiento cuando tú se lo pidas
6. Podemos ayudar al perro a entendernos mejor si somos constantes y consecuentes. Los perros no entienden que una palabra pueda tener varios y distintos significados. Como ya hemos comentado, la utilización de distintos comandos, o incluir la orden dentro de una extensa frase no suele dar ningún resultado.
Si tienes preguntas sobre este tema, pregunta a tu veterinario.
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
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