Un cachorro es un ser vivo con capacidades limitadas para enfrentarse a posibles agresiones del medio exterior, entre las cuales se encuentran los parásitos.
Los parásitos, tanto internos como externos pueden llegar a causar graves problemas a los cachorros, tanto por su propia acción directa (picadura, pérdida de sangre, reacciones alérgicas), como por la posible transmisión de graves enfermedades.
Las necesidades de protección de una mascota dependerán de su estilo de vida, del ambiente en el que se mueva y de los riesgos a los que esté expuesta.
Por ello, como responsables de la salud de nuestro amigo peludo, no debemos asumir la elección de un fármaco que reduzca los riesgos de infección producidos por los múltiples parásitos que pueden amenazar su salud. Debemos consultar siempre con el profesional veterinario el tratamiento que mejor se adecúe a las necesidades de nuestra mascota.
¿Cómo desparasitar a un cachorro?
Un cachorro se puede desparasitar internamente a partir de las 2 semanas de vida. Es fundamental que antes de la primovacunación, que debe realizarse a partir de las 4- 6 semanas, el animal esté desparasitado. Existen multitud de fármacos para el tratamiento de los parásitos, por lo que insistimos en que la recomendación y prescripción del veterinario será fundamental para garantizar la protección adecuada de tu mascota.
Desparasitación interna
La desparasitación interna es aquella que aplicamos para atacar a los endoparásitos, organismos que desarrollan su función vital en el interior del cuerpo del animal, especialmente en el intestino, el corazón y los pulmones, entre otros órganos.
¿Cuáles son los principales parásitos internos que pueden infestar a nuestros cachorros?
Podemos clasificar los endoparásitos en dos grandes grupos: cestodos y nematodos.
- Cestodos: aplanados, casi siempre residen en el intestino delgado y algunas especies pueden llegar a medir varios metros. Dentro de los cestodos encontramos:
- Echinococus granulosus: habita en el intestino delgado del perro y puede infestarle de múltiples formas parasitarias sin que el perro presente síntomas. Los perros afectados padecerán el “quiste hidatídico” (hidatidosis). Si no se desparasita al animal y no se toman las medidas higiénicas necesarias, se puede contagiar a humanos siendo muy grave e incluso mortal.
- Dipylidium caninum: este parásito puede afectar a perros, gatos y de forma poco frecuente a personas, siendo los niños los más vulnerables. Para la transmisión a un ser humano sano se precisa de una pulga que albergará el parásito.
- Taenia hydatigena: afecta a perros, lobos, linces y rara vez a felinos domésticos.
- Nematodos: largos, de forma cilíndrica y con una longitud en los adultos que puede oscilar entre un milímetro y casi los 20 cm. Los principales son:
- Áscaris: estos parásitos (toxocaras, toxascaris…) pueden afectar a perros, gatos y también al hombre. En perros, la mayor incidencia se da en cachorros, que a menudo se infectan en el vientre de la madre durante la gestación o durante el periodo de lactancia. Por ello, es necesario consultar al veterinario la mejor forma de proteger a la gestante y a sus cachorros aplicando las medidas preventivas oportunas.
- Ancylostomas: afecta a perros, cánidos salvajes y muy excepcionalmente a los gatos. Estos parásitos son especialmente peligrosos para los animales jóvenes así como para los humanos, por lo que una correcta prevención es fundamental.
- Tricuris: afecta a perros y raramente a gatos. Provoca serias anemias y alteraciones digestivas.
Para el control de dichos parásitos, además de proporcionarle a tu cachorro el tratamiento prescrito por el veterinario debes seguir una serie de medidas higiénicas como por ejemplo: recoger con guantes los excrementos de nuestras mascotas así como evitar que tu perro entre en contacto con las heces de otros animales. Es importante, además, realizar controles de heces y prescindir de las carnes crudas en su alimentación.
Independientemente del tratamiento a seguir, antes de desparasitar a tu cachorro es conveniente realizar un análisis coprológico (o análisis de heces) para confirmar o descartar la presencia de formas parasitarias. Esta analítica le permitirá al veterinario adecuar aún más el tratamiento a aplicar.
Tras la desparasitación debes estar atento a las heces al menos unos días, pues en el caso de que tu cachorro tenga parásitos, estos podrían estar presentes en las heces. Si esto sucediera, debes acudir al veterinario para que te indique las pautas a seguir para erradicar los parásitos de forma definitiva.
La frecuencia con la que seguir desparasitando internamente a tu cachorro dependerá siempre del estilo de vida que siga: vida en apartamento, finca, salidas urbanas o extraurbanas, paseos por campo… No obstante, una desparasitación interna cada tres meses suele proporcionar una cobertura antiparasitaria adecuada.
Por último, ten siempre muy presente que los parásitos internos no solo perjudican a nuestros amigos peludos, si no que pueden afectar seriamente a la salud de quienes vivimos con ellos.
Desparasitación externa
La desparasitación externa es la que usamos para defendernos de los parásitos externos, a los que denominamos ectoparásitos. Entre los más importantes que afectan a nuestros animales de compañía, encontramos:
- Ácaros
- GARRAPATAS: viven de la sangre que extraen de sus hospedadores y la utilizan como fuente de energía para las mudas y la puesta de huevos. Podemos encontrar garrapatas en forma de larva, ninfas o en su fase adulta. Cada garrapata deposita alrededor de 3.000 huevos y su ciclo de vida puede durar hasta 3 años. Cada forma juvenil infectará a un hospedador del cual se alimentará para pasar a la fase sucesiva de su ciclo vital.
- Insectos
- PULGAS: son insectos que se alimentan de sangre con cuerpos achatados lateralmente y con poderosas patas que les permiten dar grandes saltos. La saliva de las pulgas puede generar graves reacciones alérgicas a ejemplares sensibles. Una pulga puede vivir hasta 100 días y puede depositar alrededor de 50 huevos al día. Estos caerán en los lugares donde el animal descansa (sofá, cama, alfombra) y se desarrollarán en larva, pupas y finalmente se convertirán en pulgas adultas listas para picar de nuevo. A lo largo de su vida, una pulga puede llegar a producir hasta 5.000 huevos.
En la prevención de los parásitos externos debes tener muy presente que no todos los productos antiparasitarios pueden ser utilizados en cachorros y que existen antiparasitarios específicamente pensados para sus características. Es muy importante que seas consciente de ello, pues hacer uso de productos que no estén específicamente indicados para cachorros puede provocar desde simples reacciones alérgicas a severas intoxicaciones.
A menudo, la desparasitación externa se realiza de forma errónea exclusivamente en las épocas más cálidas del año, cuando la afluencia de pulgas, garrapatas y mosquitos se supone que es mayor. Sin embargo, muchas veces, las pulgas depositan sus huevos en el interior de nuestros hogares y estos, gracias a la temperatura que se alcanza en las casas con la calefacción, se abren dando lugar a pulgas en sus formas juveniles, durante todo el año, independientemente de la época del año. Las garrapatas están activas y listas para picar desde los 6ºC, por lo que proteger a tu mascota únicamente en primavera y verano puede no ser suficiente. El criterio del veterinario será fundamental en estos casos. Él te recomendará la combinación de productos que mejor se adapte a las características de tu cachorro.
Con la prevención antiparasitaria externa no solo evitarás los daños directos de pulgas y garrapatas (picaduras, reacciones alérgicas…) sino que además estarás reduciendo al máximo el riesgo de transmisión de graves enfermedades que pueden poner en riesgo la vida de tu cachorro.
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
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