Es una pregunta que casi todas las familias de gatos nos hemos hecho en algún momento. La cantidad de tiempo que nuestros gatos pasan relajándose nunca deja de sorprendernos: si el ‘chilling’ fuera un deporte olímpico, nuestras mascotas se llevarían la medalla de oro!
Si tú también te estás haciendo esta pregunta ahora mismo, lo más probable es que no exista ningún motivo para preocuparse. Los gatos, cómo vamos a explicarte, duermen muchísimo. Pero es normal que tengas dudas e intentaremos aclararlas a lo largo de este artículo.
¿Cuánto duerme un gato exactamente?
Nuestros felinos suelen dormir entre 12 y 18 horas al día, y los gatitos aún más: ellos son capaces de pasar hasta 22 horas dormidos. Impresionante, ¿verdad?
Cuando un gatito llega a la madurez, no requiere de tanto descanso aunque sigue durmiendo entre 15 o 16 horas al día. Al principio su patrón de sueño puede ser un poco errático, pero normalmente se regulariza con el paso de las semanas.
A medida que se haga mayor (un gato se considera ‘viejo’ cuando tiene 11 años o más) su necesidad de sueño irá en aumento.
¿Por qué duermen tanto?
Todos sabemos que los gatos son los reyes de nuestros castillos y nosotros sus humildes servidores. Pero no duermen por pereza o complacencia: de hecho, es una cuestión de evolución.
Los gatos están diseñados para cazar, actividad que les supone un gran consumo de energía. Hay que acosar a la presa, acercarse, atacar e incluso correr si la presa se le escapa. ¡Es como hacer un triatlón cada día!
Además, los gatos han evolucionado para alcanzar su máximo nivel de vigor y concentración durante el amanecer y el atardecer.
No hay tanta competencia durante estas horas, porque otros depredadores prefieren estar activos durante la plenitud del día o de la noche. En este sentido, los gatos están condicionados a utilizar la mayor parte de su fuerza y energía durante dos breves ráfagas de actividad.
También cabe recordar que el gato proviene del desierto: sus antepasados vivieron en el Oriente Medio y debían de conservar su energía para sobrevivir en aquel clima tan hostil.
Por lo tanto, la próxima vez que vuelvas del trabajo y encuentres a tu gato tumbado en el sofá, no se lo tengas en cuenta: ¡está en su naturaleza y no puede evitarlo!
¿Cuándo debería preocuparme?
Ya hemos establecido que los gatos tienen mucho (pero muchísimo) sueño y si tienes un gato que lleva todo el día en su camita, no te preocupes. No obstante, hay algunas señales que podrían indicar un problema. Es importante ser consciente de ellas para evitar que pueda existir alguna situación indeseada.
Su patrón de sueño cambia de repente. Si tu gato está durmiendo más o menos que antes, hay una ligera posibilidad de que esté enfermo o tenga dolor en alguna parte de su cuerpo (recuerda que el patrón de sueño puede tener altibajos durante su adolescencia).
Duerme profundamente durante todo el día. Aunque los gatos duermen mucho, la gran mayoría de su sueño es ligero: es decir, están ‘dormitando’ pero se podrían levantar enseguida si fuese necesario (incluso pueden tener los ojos parcialmente abiertos). Si el tuyo está profundamente dormido durante todo el día, vale la pena investigarlo.
Si siente dolor al tumbarse o levantarse. Los gatos tienen fama por su ligereza y su excelente habilidad. Si ves que al tuyo le supone un sobreesfuerzo adoptar la posición de dormir, o volverse a levantar, quizás haya un problema que está afectando a su movilidad.
Si reconoces cualquier de estas señales, te recomendamos visitar a tu veterinario cuanto antes para que puedan examinar a tu gato con total profundidad. Si existe algún problema, un profesional veterinario te recomendará la mejor solución para ayudarle.
¡Que estas situaciones no os quiten el sueño a ninguno de los dos!
Tu veterinario es esencial en el cuidado y salud de tu mascota.
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